viernes, 27 de diciembre de 2013

Fin de año: momento de balances

Te invito a leer esta reflexión que ayuda a pensar y mejorar cada día nuestra forma de vivir la vida.

Feliz año nuevo! Honremos este regalo divino que es nuestra vida!!!!!


Claudia                                                      


BALANCE DEL AÑO, según Fray Mamerto Menapace         


Mi percepción, a medida que envejezco, es que NO HAY AÑOS MALOS.
Hay años de fuertes aprendizajes y otros que son como un recreo, pero malos no son.
Creo firmemente que la forma en que se debería evaluar un año tendría más que ver con cuánto fuimos capaces de amar, de perdonar, de reír, de aprender cosas nuevas, de haber desafiado nuestros egos y nuestros apegos.

Por eso, no debiéramos tenerle miedo al sufrimiento ni al tan temido fracaso, porque ambos son sólo instancias de aprendizaje.
Nos cuesta mucho entender que la vida y el cómo vivirla, dependen de nosotros; el cómo enganchamos con las cosas que no queremos, depende sólo del cultivo de la voluntad.

Si no me gusta la vida que tengo, deberé desarrollar las estrategias para cambiarla, pero está en mi voluntad el poder hacerlo.
"SER FELIZ ES UNA DECISIÓN", no nos olvidemos de eso.

Entonces, con estos criterios, me preguntaba qué tenía que hacer yo para poder construir un buen año, porque todos estamos en el camino de aprender todos los días a ser mejores y de entender que a esta vida vinimos a tres cosas:

- A aprender a amar 

- A dejar huella 
- A ser felices.

En esas tres cosas debiéramos trabajar todos los días, el tema es cómo; y creo que hay tres factores que ayudan en estos puntos:
- Aprender a amar la responsabilidad como una instancia de crecimiento. El trabajo sea remunerado o no, dignifica el alma y el espíritu y nos hace bien en nuestra salud mental. Ahora el significado del cansancio es visto como algo negativo de lo cual debemos deshacernos y no cómo el privilegio de estar cansados porque eso significa que estamos entregando lo mejor de nosotros.
A esta tierra vinimos a cansarnos...

-Valorar la libertad como una forma de vencerme a mí mismo y entender que ser libre no es hacer lo que yo quiero.
Quizás deberíamos ejercer nuestra libertad haciendo lo que debemos con placer, y decir que estamos felizmente agotados y así poder amar más y mejor.

- El tercer y último punto a cultivar es el desarrollo de la fuerza de voluntad, ese maravilloso talento de poder esperar, de postergar gratificaciones inmediatas, en pos de cosas mejores.

HACERNOS CARIÑO
y tratarnos bien como país y como familia, saludarnos en los ascensores, saludar a los guardias, a los choferes de los micros, sonreír por lo menos una o varias veces al día.
QUERERNOS.

CREAR CALIDEZ dentro de nuestras casas, hogares, y para eso tiene que haber olor a comida, cojines aplastados y hasta manchados, cierto desorden que acuse que ahí hay vida. Nuestras casas independientes de los recursos se están volviendo demasiado perfectas que parece que nadie puede vivir adentro.
Tratemos de crecer en lo espiritual, cualquiera sea la visión de ello.
La trascendencia y el darle sentido a lo que hacemos, tiene que ver con la inteligencia espiritual.
Tratemos de dosificar la tecnología y demos paso a la conversación, a los juegos "antiguos", a los encuentros familiares, a los encuentros con amigos, dentro de casa. Valoremos la intimidad, el calor y el amor dentro de nuestras familias.
Si logramos trabajar en estos puntos - y yo me comprometo a intentarlo -, habremos decretado ser felices, lo cual no nos exime de los problemas, pero nos hace entender que la única diferencia entre alguien feliz o no, no tiene que ver con los problemas que tengamos, sino que con la ACTITUD con la cual enfrentemos lo que nos toca.
Dicen que las alegrías, cuando se comparten, se agrandan.
Y que en cambio, con las penas pasa al revés: Se achican.
Tal vez lo que sucede, es que AL COMPARTIR, LO QUE SE DILATA ES EL CORAZÓN.

Y un corazón dilatado esta mejor capacitado para gozar de las alegrías y mejor defendido para que las penas no nos lastimen por dentro".

MAMERTO MENAPACE,
Monje benedictino.


domingo, 15 de diciembre de 2013

Diseñando el 2014

Estamos cerca de las fiestas de Navidad y fin de año y cerca de un nuevo año. 

¿Cómo te sentís con respecto a las fiestas de fin de año? ¿te gustan? ¿las disfrutás? O ¿las sufrís? ¿Sos víctima o protagonista de TUS fiestas?

Para mí la idea de elegir cómo  vivir las fiestas de fin de año y cada día de mi vida es siendo fiel a mi misma y por lo tanto fiel a mis deseos. Esto para mí, es no solo saludable y necesario sino también es algo que merezco, como cada persona merece poder decidir como vivir cada día.

Creo que lo primero es tomarse un tiempo de tranquilidad para poder reflexionar en nuestro interior y ponernos en contacto con nuestros verdaderos deseos, esos que a veces están muy ocultos, tapados por muchos condicionamientos o creencias. Es como sacarle las capas a una cebolla hasta llegar al corazón.
Una vez que identificamos nuestros deseos, nuestro cerebro pondrá toda nuestra atención allí y donde está la atención está la intención y donde está nuestra intención estará la acción que concretará nuestros deseos.

Puede parecer complicado pero en realidad es tan natural que si probás hacerlo, verás que todo fluye maravillosamente.

Por esto, mi mensaje para este fin de año es invitarte a que diseñes tus fiestas, que elijas cómo querés pasarlas, qué querés que signifiquen para vos, y así seas protagonista de tus fiestas, protagonista de tu vida, escribiendo y viviendo tu propio guión que es el que te llevará al bienestar y la felicidad.

¡Diseñá como querés vivir cada día del 2014!  ¡Una oportunidad imposible de perder!