lunes, 12 de marzo de 2012

Como el bronceado cambia el cerebro

Las personas que utilizan con frecuencia camas solares experimentan cambios en la actividad cerebral, durante sus sesiones de bronceado, que imitan los patrones de adicción a las drogas, según muestra una investigación.
Los científicos han sospechado desde hace algún tiempo que la exposición frecuente a la radiación ultravioleta tiene el potencial de convertirse en una adicción, pero la nueva investigación es la primera en asomarse dentro de los cerebros de las personas mientras estaban en las camas solares.

Los investigadores descubrieron que varias partes del cerebro que juegan un papel en la adicción se activaban cuando los sujetos eran expuestos a los rayos UV. Los hallazgos, que aparecen en el próximo número de la revista Addiction Biology, pueden ayudar a explicar por qué algunas personas siguen bronceándose a pesar de tener conciencia de los riesgos, tales como el cáncer de piel, envejecimiento prematuro y las arrugas.

Lo que esto demuestra es que el cerebro está en realidad respondiendo a la luz UV, y responde en las áreas que están asociadas con la recompensa," dijo el Dr Byron Adinoff, profesor de psiquiatría en la Universidad de Texas Southwestern Medical Center y autor del estudio. "Se trata de áreas, en particular el cuerpo estriado, que vemos que se activan cuando una persona ingiere un medicamento o un alimento de alto valor, como el azúcar."

A pesar de todas las advertencias públicas sobre el cáncer de piel, el bronceado sigue siendo tan popular como siempre, con cerca de 30 millones de estadounidenses usando camas solares por año. Los usuarios frecuentes dicen que disfrutan como se ven con la piel más oscura.
Pero en los últimos años, los científicos comenzaron a preguntarse si ignorar deliberadamente los efectos secundarios potencialmente letales de radiación UV regular era una señal de que la motivación para estas personas fuera más allá de la piel. ¿Podría el habitual bronceado ser una conducta adictiva?
El Dr. Adinoff y sus colegas reclutaron a un pequeño grupo de personas de los salones de bronceado que dijeron que les gustaba broncearse al menos tres veces a la semana y que el mantenimiento de un bronceado era importante para ellos. Estas personas aceptaron, como parte del estudio, ser inyectados con un radioisótopo que permitió a los investigadores monitorear cómo el bronceado afecta su actividad cerebral.
En una ocasión, los sujetos del estudio experimentaron una sesión de bronceado normal. Pero en otra ocasión, los investigadores usaron un filtro especial que bloqueaba solamente la luz ultravioleta, pero esto no se les comunicó a los participantes del estudio.
Las imágenes cerebrales mostraron más tarde que durante las sesiones regulares de bronceado, cuando los sujetos del estudio fueron expuestos a los rayos UV, varias áreas claves del cerebro se iluminaban. Entre esas áreas estaban el estriado dorsal, la ínsula anterior izquierda y parte de la corteza orbitofrontal - todas áreas implicadas en la adicción. Pero cuando la luz UV se separó por el filtro, aquellas áreas del cerebro mostraron una actividad mucho menor.
Los investigadores también encontraron evidencia de que los participantes parecían saber - en un nivel subconsciente, por lo menos - cuando habían sido sometido a sesiones de bronceado falsas y no recibieron su dosis habitual de los rayos UV. Cuando se les preguntó, después de cada sesión, expresaron menos deseos de broncearse después de las sesiones reales, lo que indica que habían alcanzado el grado de satisfacción. Pero los días en que se vieron privados, sin saberlo, de los rayos UV, su deseo de broncearse después de la sesión se mantuvo tan alto como lo era antes de que comenzara la sesión.
"A todos les gustaba la sesión en la cual recibían luz UV real", dijo el Dr. Adinoff. "De alguna manera la gente era capaz de decir cuando estaban recibiendo la luz UV real y cuando no.”
El Dr. Adinoff dijo que la investigación sugiere que algunas personas parecen adictos al bronceado, una conclusión reforzada por el hecho de que personas que lo hacen desde hace mucho tiempo tienen dificultad para dejar de hacerlo o incluso disminuir las sesiones de bronceado Él dijo que la investigación fue inspirada por una médica colega, en base a sus experiencias con  pacientes dermatológicos."Ella se acercó a causa de su preocupación por los adultos jóvenes que venían a verla con estos hermosos bronceados," dijo. "Y ella le extraería cánceres de piel, y de inmediato ellos volverían a broncearse."